Por la gracia de Dios hace siete años forme mi hogar con mi esposa y desde entonces hasta hoy han sido siete viviendas, cada una con una historia y una experiencia. Que duro sentirme tan errante.
En la mas reciente vivienda solo he durado seis meses y en ella he conocido otra especie de mal en el mundo.
1. Mi primer vivienda era un apartamento hermoso, magnifico para mi esposa y yo, perfecto para el inicio de mi matrimonio. Se sentía como una mansión que había quedado atrapada en el estrato equivocado. Su aroma estaba lleno esperanzas, de expectativas, de sueños profundos.
Era la casa sin muebles, era el espacio donde el romance adornaba con sabanas las cajas que hacían de mesa de televisión y una cama auxiliar hacía de sofá. Un solo bonzai era toda la vegetación del lugar pero era en verdad el paraíso y no deseo para nadie nada mejor que eso porque no creo que haya algo mejor.
La belleza de este oasis solo era superada por lo magnifico de sus dueños que jamás, en verdad jamás se comportaron como los dueños. Mas parecían nuestros padres y trataban el apartamento como una herencia para nosotros. Llegamos a deber servicios de dos meses y renta de cuatro y las palabras de Hernando y Matilde (Los dueños) era las absurdas "no se preocupen, todo mundo tiene crisis, tranquilos, después cuadramos, sigan viviendo tranquilos que de esta salen". No podía ser mas bello ese sitio, era ser ricos sin dinero.
2. La segunda casa fue vivir con mi madre y mi padrastro. Pequeña y estrecha, y aprender a ser el hombre de la casa en una casa con uno mayor que yo, era ser el alfa de mi habitación y el hijo en la manada.
3. La tercera casa conoció el trasteo de Caleb Josué. Intrauterino vivió el cambio y mi mayor tiempo de vulnerabilidad Dios lo volvió el tiempo de hacerme fuerte. Aprendí que ser fuerte inicia con reconocer cuan débil se es realmente. La verdadera fuerza yace en reconocer que no tenemos ninguna que no sea dada por Dios.
4. Vivir sobreviviendo. Un apartamento que se caía a pedazos, era una casa abandonada en un quinto piso, era el estrato 1 en un barrio que bien podía ser estrato 4. Fue conocer cuanto son 100 pesos y cuan duro pueden ser reunir 150 mil de renta cuando no tienes ninguna fuente con la cual contar. Fue la época de salir a buscar lo que fuera que hubiese en la calle, era como tener un detector de metales en las calles, esperando que detecte las monedas que nadie a visto, era como ser un pirata en chalupa, sin mapa ni brújula; aun así cada día encontré comida, dinero y oxigeno.
Fue la época en que cada día al salir en el mejor regalo (la bicicleta de mi hermana), justo cuando mi esposa y mi hijo ya no podían verme..entonces, rodeado de gente e igualmente solo, cantaba con lagrimas en el rostro "Eres mi Dios y Tu harás mas allá de lo que pueda imaginar, mas allá de lo que pueda yo soñar, era Dios y harás"
5. Vivir con Cesar, casa grande y el ataque de pánico al saber que mis días de chalupa terminaban, fue comprender que podía vivir en el presente, fue saber que podía ser finalmente quien había sido hace mucho: El pastor Francisco Riaños
6. Don Jorge: Un buen hombre, herido por la desconfianza y me propuse ayudarlo con ello, no firmamos contrato, no se dieron papeles, se cumplió todo compromiso. Todo para que él pudiera volver a confiar en que existe gente honesta y de palabra. Al final es él quien ha querido abusar de mi confianza y es quien en su egoísmo casi se lleva mi familia por delante. He guardado el testimonio, no he discutido ni alzado la voz, no he tomado medidas de ley, no he hecho nada de lo que podría y de lo que la ley me da la razón. Mi respuesta ha sido
"Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre."
Oseas 12:6"
7. Allá voy mañana