martes, 26 de noviembre de 2013

Psicosis inaceptable

Esta noche recuerdo a Paola Garcés y recuerdo un momento de mi adolescencia en que ella hablaba y hablaba si parar hacerca de como es viable que lo que yo considero rojo sea en realidad verde o el su todo en realidad sea un sueño que estoy teniendo. Ella estaba en verdad histérica al respecto y parecía irse de la realidad mientras pensaba en eso, ella en realidad estaba elaborando la idea que me expresaba salvo por un par de fuertes inconvenientes:el primero es que su racionamiento no tiene posibilidad alguna de ser comprobado, no existe método alguno para corroborar la veracidad de su idea puesto que su idea en sí misma plantea que toda realidad puede ser falsa y verdadera al mismo tiempo.

El segundo punto es quizá más profundo, intenso, infalible e inamovible; para ese entonces yo estaba profundamente enamorado de una joven: hermosa, chiquita, bellísima desde lo profundo de su alma, siempre viendo la bondad en los demás y viendo además la vida como la posibilidad de disfrutar de los amigos, los abrazos, los besos y la vida en sí misma, la vida indefinible y solo vivible.

Además Dios llenaba todas mis espectativas, mi vida era la promesa de algo grande, admirable, yo era todo menos pequeño o menospreciable, mi futuro era la cubierta de una película con mi rostro al poniente y los rayos del sol tras las nubes resplandecientes a mi alrededor, también era el luchador anónimo, grande entre grandes que se reunía en medio del bosque a destruir el mal en el mundo.

La psicosis de mi amiga no podía ser real porque sencillamente no me daba la puta gana de que lo fuera, el mundo y yo el el éramos demasiados sensacionales como para aceptar la idea de ser un invento.

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